¡Aslema!
¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Bueno, espero que os gustara el roadtrip de Johanna a la búsqueda de alienígenas por el sur-oeste de los Estados Unidos y que estéis empezando a planificar vuestras vacaciones por tierras americanas. Aún con riesgo de generar un conflicto internacional “interno”, esta semana he decidido no respetar el protocolo y no mostraros una receta ligada al roadtrip de Johanna. Pero no es preocupéis que la receta alienígena llegará pronto.
Pues eso, para nuestra receta de hoy viajaremos para tierras orientales. Hoy cocinaremos una receta de un país en el que tuve la oportunidad de vivir un tiempo, que siempre guardo en el corazón y en el que hice buenos y grandes amigos. ¡Nos vamos para Túnez!
Viví un poco más de 2 años con un pié en Kairouan y otro en Feriana lo que me permitió no solo visitar una gran parte del país, des del desierto hasta al norte pasando por su costa mediterránea, sino que también me permitió aprender mucho de su cultura, de su gente y, cómo no, deleitarme con su cocina y sus dulces.
Para los que no conozcáis demasiado Túnez, es un país lleno de influencias ya que además de bereberes, han pasado fenicios con su maravillosa Cartago, romanos (Túnez fue uno de los principales graneros del imperio romano), árabes musulmanes, los españoles, el imperio otomano… y finalmente fue colonia francesa hasta 1956 en el que se independizó. A nivel gastronómico la influencia italiana, por proximidad, es también muy presente. No lo diré muy alto pero de las mejores pizzas que he comido han sido en este país.
¿Qué decir de la gastronomía tunecina? Lo primero, que no todo es couscous. Efectivamente el couscous es omnipresente y forma parte de su dieta pero Túnez tiene un buen repertorio gastronómico. Por toda la costa encontraréis buenos pescados y mariscos recién llegados de los barcos de pesca tradicionales. Es muy habitual comerlos simplemente a la brasa o con una salsita como pueda ser a la Sfaxienne. El cordero es la carne, junto con el pollo, por excelencia. Allá donde vayáis encontraréis los Mechuis, pequeños restaurantes donde un cordero espera su turno para ser cocinado a la brasa. En cuanto a verduras y frutas, su clima sobre todo al norte es muy favorable y tienen una muy buena gama de ellas.
Como platos que me encantaron podría hacer una lista interminable empezando por el brick, la ensalada tunecina, la ensalada mechouia, la sopa chorba, el couscous de pollo o de pescado como en Gabes, la tajine (una especie de pastel de huevo al horno) y como no sus dulces tanto árabes como los derivados de su influencia francesa.
Bueno, hoy os voy a preparar uno de mis entrantes preferidos: Ojja con huevos y merguez. Para aquellos que vivís por tierras del Mediterráneo, seguro que esta receta os va a recordar algún plato de vuestra región.
Pues vamos a ello, ¡a por la gastronomía tunecina!
Ingredientes para unas 4 personas como entrante:
(se puede preparar también como plato principal pero en ese caso deberéis doblar las cantidades)
- tomates: 300 g
- pimientos verdes: 150 g
- ajos: 2 dientes
- tomate concentrado: 25 g
- comino molido: 1 cucharadita
- harissa: al gusto y totalmente opcional. En mi caso puse un par de cucharaditas ya que nos gusta la Ojja picantita.
¿Qué es la harissa? La Harissa es una pasta de pimiento rojo especiada. Cada familia tunecina tiene su receta y en función de la región puede ser más o menos picante. Un platito de harissa suele estar siempre presente en toda mesa que se precie acompañada muchas veces de un poco de atún en aceite de oliva. Añadimos un chorrito de aceite de oliva tunecino y ¡a mojar el pan!
- aceite de oliva: unos 5 cl
- agua: ¾ taza caliente
- huevos: 4 unidades
- merguez: 8 unidades
- sal y pimienta recién molida
Tiempo de preparación: 10 minutos
Tiempo de cocción: 30 minutos
¡A cocinar!
Empieza cortando los tomates en dados pequeños y los pimientos en dados un poco más grandes.
Pon una cazuela a fuego medio y añade el aceite. Cuando esté caliente añade el tomate concentrado y remueve hasta que se diluya con el aceite. Añade los dientes de ajo aplastados así como los tomates en dados. Salpimienta, añade la cucharadita de comino en polvo y la harissa al gusto. Saltea los tomates alrededor de 5 minutos. Remoja con el agua caliente y deja cocer unos 20 minutos. Si necesario añade un poco de agua durante la cocción, la Ojja no debe quedar seca.
Pasados estos 20 minutos, añade el pimiento y déjalo cocer otros 10 minutos.
Ya no nos queda casi nada para acabar la receta. Pon una paella al fuego con unas gotas de aceite y saltea las merguez. A mi personalmente me gusta saltearlas sin cortar ya que quedan más jugosas por dentro. Una vez listas, resérvalas para el emplatado final.
Volvemos a nuestra Ojja. Pasados los 10 minutos de cocción de los pimientos, será el momento de añadir los huevos pero antes asegúrate que la Ojja está perfecta de sal, pimienta y de Harissa.
Casca los huevos aparte en un pequeño cuenco y mételos uno a uno en nuestra cazuela con la Ojja. Un pequeño truco para que los huevos no vayan de un lado a otro de la cazuela. Antes de introducir el huevo en la cazuela, haz cuatro huecos o nidos para albergar los huevos. Nuestra Ojja estará lista cuando el blanco de los huevos esté cocido pero la yema nos tiene que quedar aún sin cocer.
Sirve la Ojja acompañada de las Merguez y ¡a disfrutarla!
¿Conocías la cocina tunecina? ¿La Ojja te recuerda a algún plato de tu región? Si es así, ¡comparte con nosotros tus recetas!